CARIBOU ISLAND

 

Tal vez ese era el proceso normal. Una primera fase de centrarse en la pareja hasta que uno tomaba la decisión de casarse, y luego, juntos, centrarse en otra cosa. ¿Y qué pasaba después, cuando los hijos crecían y se marchaban? ¿En qué se centraba uno a partir de ahí? Carecer de un foco de atención era tremendo; la vida debía ser algo más. Daba miedo pensarlo. Nadie quería tener una vida sin objetivos.» (pág. 216)

 

 

David Vann, Mondadori, sept. 2011 (21,90€)

 

Después de haber leido Sukkvan Island que me impresió muchísimo, me lancé a comprar esta su segunda novela en cuanto salió y sí me ha gustado y la recomiendo encarecidamente, pero no me ha gustado tanto como la primera. Quizás esta me sorprendió y la nueva no tanto, pero es una excelente obra con una descripción perfecta de los personajes

La novela se desarrolla también en un pueblo perdido de Alaska en el que el matrimonio formado por Gary e Irene intentan salir adelante Llevan treinta años casados y tienen dos hijos, Mark y Rhoda ya mayores e independientes.

Gary, incapaz de realizar sus sueños, e Irene, perseguida por una tragedia familiar, intentarán rehacer su vida en Caribou Island. El proyecto es construir la cabaña que Gary siempre ha querido a pesar de las inclemencias meteorológicas y la dureza del entorno. y El final, trágico, pero al menos yo adivinado al contrario que en Sukkvan Island que fué un mazazo y me dejó con la boca abierta bastante tiempo.

Los otros personajes son descritos perfectamente: la hija, Rhoda, que tiene una magnífica y bien descrita relación con su madre, mientras el desarraigado Mark y su esposa Karen (que no aparece) dan cobijo a una segunda pareja Carl y Monique que no se muy bien que pintan en la novela, aparte de que Monique se enrrolla, sin consecuencias, con Jim, el novio de Rhoda y Carl es también un desarraigado niñato,  triste y airado porque su presunta novia, Monique, le ha dejado en una tierra tan sola fría como Alaska.

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La dureza salvaje del paisaje está presente no sólo en el paisaje mismo y en la lucha de Gary sino también en excursos admirablemente utilizados, como la pelea de Carl con los salmones en la mesa de lavado. Poco a poco, la imposibilidad de amor y de comunicación va agrietándose como los mismos postes de la estrambótica cabaña y esa paulatina invasión de la realidad no deseada se va abriendo paso entre todos, en cada uno a su manera, como una coral trágica. Por ahí es por donde Vann abre el camino para contar, esta vez, varias vidas anudadas en torno a un destino inexorable en un mundo en zozobra. Lo trágico afecta a Gary e Irene; lo dramático, a Rhoda; la simple supervivencia, a Mark. Todos se mienten para no decir ni decirse la verdad, pero todos la conocen, está dentro de ellos.

El final, como señalé antes, es previsible. Quizás es una cosa que Vann podría reflexionar para sus siguientes novelas, pero la novela te engancha y las 273 páginas se te quedan cortas.

 

Fuentes:

http://www.elpais.com/articulo/portada/obra/arte/elpepuculbab/20110924elpbabpor_8/Tes

http://www.abc.es/20110925/cultura-libros/abci-david-vann-201109250407.html

http://www.google.com

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