LA DAMA DE PROVINCIAS PROSPERA


Los que vivimos habitualmente en provincias no solemos tener éxito social. Sin duda tenemos asignado otro propósito en el vasto panorama de la Creación, pero todavía no he descubierto cuál

(E.M. Delafield)

 

 

 

E.M. Delafied, La dama de provincias prospera, Libros del Asteroide, 2014 (18,95€)

Título original: The Provincial Lady Goes Further (1932)

Tradución:  Patricia Antón

 

 

La Dama de Provincias Prospera es continuación, aunque pueden leerse de forma independiente, de Diario de una dama de provincias (1930)  (que hace tiempo comenté) ambos conformados  como el diario de una ama de casa de la clase alta a inicios de la década de los treinta en Inglaterra. En esta nueva entrega, la protagonista ha conseguido un pequeño éxito literario que le ha permitido alquilar un apartamento en Londres para seguir alimentando su agitada vida social.

Los temas son parecidos a la anterior entrega: con un tono  ligero, un estilo directo y deliberadamente superficial, la autora escribe sobre las frías y rutinarias relaciones con su marido (parapetado siempre tras The Times) y dos hijos, Vicky y Robin; sus diarios problemas con la economía familiar; las tirantes relaciones con la institutriz y la cocinera ( siempre en pié de guerra);  los estudios de sus hijos; las vecinas (la rica Lady B. o la pintoresca mujer del Párroco y su dominio de la retórica inversa) y, como no si vives en provincias : las apariencias. En definitiva, Delafield retrata con mucha ironía su monótona e insustancial vida, a pesar de que ella se empeña en transformar los nimios reveses cotidianos y sociales en sonoras tragedias mayúsculas que no llegan a serlo por, precisamente, la ironía , el sarcasmo y el humor “blanco”  con los que describe sus avatares.

En esta segunda novela, la dama de provincias ha tenido un pequeño éxito literario que le ha permitido alquilar un pequeño apartamento en Londres y hacer

sus pinitos en el mundo literario, ofreciendo como resultado un retrato de la clase alta británica.

En La dama de provincias próspera, nuestra dama ha tenido un pequeño éxito literario que le permite alquilar un pequeño apartamento en Londres, donde pretende aislarse  (relativamente) y tomarse en serio el oficio de escritor así como frecuentar, de la mano de “su querida Rose”, el mundillo literario al que esta última pertenece, así como asombrarse de las locas y románticas aventuras de su amiga de colegio Pamela Pringe a la que ha reencontrado después de muchos años.

El marido sigue permaneciendo autista y no le importa que se vaya a Londres y los dos hijos a un internado aunque percibimos en él un cierto desconcierto teniendo la casa para él y la servidumbre. Y ella, pobre escritora en ciernes: el estar en Londres le lleva a una vida un tanto desordenada asistiendo a muchos eventos, preocupándose porque su guardarropa no está a la altura de las circunstancias y sientiendo remordimientos porque no está haciendo lo adecuado con tanta vida social: escribir.

A estas dos novelas, aparentemente sencillas, se les puede sacar mucha punta. Os recomiendo que las leáis (son perfectas para el verano) y saquéis vuestras propias conclusiones.

 

 

E.M. Delafield (1980-1943)

E. M. Delafield (1890–1943) fue una prolífica y famosa escritora inglesa. Hija de la novelista Mrs. Henry de la Pasture, decidió utilizar el seudónimo de E. M.

Delafield para diferenciarse de ella.

Recibió una educación clásica y victoriana y en 1911 entró como postulante en un convento belga, cuya experiencia relató en The Brides of Heaven (1931).

En 1919 se casó con Paul Dashwood, un ingeniero de caminos convertido en administrador de propiedades con el que viviría varios años en el Sureste

asiático hasta que se instalaron en Croyle, Devon, donde nacieron los dos hijos del matrimonio y Delafield escribió muchas de las más de treinta novelas por

las que sería recordada.

En 1929, la editora de la liberal y feminista revista semanal Time and Tide le pidió que colaborara con una columna. Así nació Diario de una dama de

provincias, el divertidísimo relato, parcialmente autobiográfico, de las miserias y fortunas de una dama en una ciudad de provincias. El éxito fue inmediato, las

columnas fueron recogidas en hasta cuatro volúmenes que la convirtieron en una de las novelistas más populares y queridas de su época. En 1930 se

publicó Diario de una dama de provincias, dos años después The Provincial Lady Goes Further; en 1933 se reunieron en el volumen The Provincial Lady

in America, las columnas en las que relataba su experiencia en Estados Unidos de gira literaria, columnas que además aparecieron en la revista americana

Punch. Y finalmente The Provincial Lady in Wartime, que se publicó en 1940. Asimismo, también se realizó una serie radiofónica de sus columnas

popularizada por la radio británica.

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