HACE CUARENTA AÑOS
Maria Van Rysselberghe, Errata Naturae, sept. 2012 (12,90)
Traducción: Regina López Muñoz
La novelita-memoria de la que nos ocupamos, 85 págs., incluidas la nota de los editores y el epílogo de Natalia Zarco, es la historia de una apasionada relación amorosa, de los protagonistas: María (narrada por ella misma) y Hubert durante un mes a solas, hace 40 años, en una casa en una duna en una playa del Mar del Norte a finales del siglo XIX. Una historia de amor «imposible» y sin sexo porque ambos están casados y quieren tanto a sus respectivos cónyuges (Antonine y Ágnes) que ni siquiera piensan en abandonarlos por ese impetuoso amor que nace entre ellos a medio
camino entre la exaltación y la sumisión. Obviamente todos los nombres están cambiados. Luego diremos por qué.
Maria Van Rysselberghe
Estas historias de amores imposibles, histriónicos y no consumados no es que me gusten mucho pero en esta obrita, aparte de la descripción exaltada de una pasión amorosa, hay un enigma que es lo que me ha hecho comprarla y leerla.
La autora, Maria Van Rysselbergue nació en (1866-1959), hija de los editores belgas Monnom y prácticamente desconocida a pesar de haber sido la esposa del inmenso pintor el pintor Théo Van Rysselberghe (1862-1926) y amiga íntima de André Gide del que registró su vida día a día hasta la muerte de este desde 1918 a 1951: frases, acontecimientos, el ambiente en el que vivía, la génesis de sus obras, su postura ante los sucesos de su época, su vida íntima…
Estos diarios se publicaron en castellano en 1976 con el nombre de Los cuadernos de la Petite Dame traducidos por Esther Benítez para Alianza Editorial («Petit Dame» era el nombre que Gidé le daba a María por su pequeña estatura).
Maria Van Rysselbergue a pesar de su escasa obra está considerada escritora de «culto». Escribió, que se sepa (además de las citadas) otras dos obras: Galerie privée y Strophes pour un rossignol.
El pintor Théo Van
Rysselberghe (1862-1926)
Y aquí viene el enigma. Debido a la intensa amistad que tuvo Maria Van Rysselberghe con Gidé, Luis Antonio de Villena afirma que el Hubert de Hace cuarenta años, no fue ni más ni menos que André Gidé (recién casado con su prima Madeleine y con la que se supone tuvo un matrimonio «blanco»). Al ser Gidé homosexual, de ahí «…De ahí la fuerza del relato, la rara infidelidad (fiel) de dos casados que se aman y aman a sus cónyuges…».
André y Catherine Gide en Italia (1947)
Pero el caso es que Gidé tuvo en 1923 una hija, Catherine, que fue su heredera y que nació de un relación que tuvo con Elizabeth von Rysselberghe, la hija de Maria y Theo, casada a su vez con Pierre Hérbart, discípulo y amigo de Gidé. Este hecho, a mi modo de ver, cambiaria la relación tan duradera y amistosa que tuvieron María y Gidé hasta la muerte de este, pero como se dice en El Quijote «…cosa veredes, amigo Sancho…», o como le contesta Alfonso VI a Rodriguez Díaz de Vivar (Cantar del Mío Cid): «… Cosa tenedes, Cid, que farán fablar las piedras…».
El poeta Emile Verhaeren (1885-1916)
Volviendo a Hace cuarenta años y a quién pueden ser sus protagonistas verdaderos, recordemos que los padres de María fueron unos importantes editores belgas y que entre sus joyas editadas está la obra de Emile Verhaeren (1885-1916), poeta en lengua francesa de origen flamenco, con el que María tuvo un romance antes de conocer y casarse con Theo y que explicaría en la novelita las citas de Baudelaire, Heine Laforgue, Flaubert que recorren el texto y lo que la propia María escribe (pág. 22) «…Los versos de Hubert me gustaban únicamente porque los reconocía en ellos (Flaubert y Laforgue), con sus excesos y severidad…».
En realidad da lo mismo sea quiénes fueran los protagonistas, pero lo que me subleva un poco es, como ya he señalado en anteriores reseñas, la poca precisión histórica de las editoriales que publican estas obras a precios astronómicos (12,90€ en este caso), o quizá sea mi deformación, como estudiosa que fui de literatura, de ir al fondo de la cuestión y buscarle tres piés al gato.
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