Mi HERMANA Y YO

Incapaz de amar a los demás, el inglés se vuelca naturalmente en los perros

(J.R. Ackerley)

 

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J.R. Ackerley, SextoPiso, 2013 (23,€)

Título original: My Sister and Myself

Traducción y prólogo: Andrés Barba

Epílogo: Francis King


Un libro y un autor magnífico que no debería pasar desapercibido para los amantes de la buena literatura. Joseph Randolph Ackerley (Londres 1986-1967), fue un escritor inglés, editor de la revista de arte BBC The Listener donde publicó obras de Virginia Wolf, E.M. Foster, Herbert Redad o Clive Bell. También fue abiertamente homosexual en aquellos tiempos.

Ackerley es relativamente desconocido en en España pero idolatrado en las islas y escritor de cabecera, ni más ni menos que de Truman Capote y otros escritores igualmente afamados.


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Su padre, Roger Ackerley, fue un próspero comerciante de frutas y su madre la actriz Janetta Aylward (Netta). Tuvieron tres hijos; Peter, Joe y Nancy.

Ackerley sirvió en la Primera Guerra Mundial donde cayó herido y murió su hermano Peter, y prisionero en Suiza donde empezó a escribir su obra The Prisioners of War. No fue repatriado hasta que la guerra terminó.

Estudió en Cambridge y volvió a Londres pero no se sentía feliz: ni con sus innumerables amantes, ni con los problemas de su obra (que no fue publicada hasta 1925), ni con su familia. Habiendo hecho una fuerte amistad con E.M. Foster, este le consiguió un trabajo como secretario del Maharaja de Chhatarpur, en la India, donde pasaría 5 meses y que dio como fruto sus humorísticas memorias Hindoo Holyday.



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La vida personal de Ackerley fue todo un poema: su padre, del que sospechaba que también era homosexual, murió de sífilis en 1929, al tiempo que se enteraba de su doble vida: tuvo «otra» familia durante 20 años con Muriel Perry, con la que tuvo a las mellizas Sally y Elisabeth en 1909 y a Diana en 1912. Desde que murió el padre, Ackerley se hizo cargo de esta segunda familia sin decirle nada a su propia madre que murió sin conocer esta historia

A su muerte en 1967, Ackerley legó sus diarios a su amigo y albacea literario Francis King, que hizo una selección de fragmentos de los mismos y así en Mi hermana y yo, nos habla fundamentalmente de lo que él llamaba «sus mujeres»: su anciana tía Bunny, su adorada perra pastor alemán Queenie y su hermana Nancy. En estas páginas queda patente el amor que sentía por su posesiva e irascible perra Queenie, y la tormentosa relación que mantenía con su hermana Nancy, una mujer profundamente infeliz, dependiente, celosa y manipuladora, cuyo único talento parecía residir en su capacidad para convertir en pesadilla la vida de los que intentaban ayudarla y por la que Ackerley sentía una mezcla de compasión y odio.

Pero Mi hermana y yo es sobre todo un retrato impúdico del propio Ackerley, que nos desvela su ambivalente personalidad, su misoginia, su amor por la naturaleza, su promiscua homosexualidad o las eternas preguntas que todavía nos hacemos hoy dia acerca de algunos familiares o amigos ¿tienen algunas personas el derecho de preocupar y amargar la vida a los que les rodean?, ¿vale la pena darle oportunidades continuamente a estas personas?…


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Ackerley cultivó diferentes géneros a lo largo de su vida, entre los que destacan el teatro, la novela y sus memorias,pero estuvo más centrado en su vida personal y en la de los demás y volcó casi todos sus esfuerzos en la crítica literaria y en la enseñanza en detrimento de su propia producción.

Otras memorias que nadie debería perderse son Mi padre y yo publicada póstumamente en 1968, a modo de «ajuste de cuentas» con su progenitor o Mi perra Tulip, trasunto de su relación con la que, al final sería el amor de su vida: su perra Queenie.

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