VIAJE SENTIMENTAL POR FRANCIA E ITALIA
Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos.
(Fernando Pessoa)
Laurence Sterne, Verticales de Bolsillo, 2008 (8,00€)
Esta vez vamos por un clásico del XVIII, que son los que nunca me defraudan y que he encontrado en edición de bolsillo, o sea, al alcance de todos. (joé ¿es que no me voy a olvidar nunca de la maldita crisis económica?).
El Viaje sentimental se convirtió en un éxito desde el momento de su publicación, el estilo de la obra fue el que tratarían de imitar los viajeros de la segunda mitad del siglo XVIII, ya que el autor expone sus opiniones de carácter subjetivo y personal, sus sentimientos, y los modales y las formas de actuar, a diferencia de los libros de viajes anteriores que ofrecían información de cada lugar de forma impersonal y pretendidamente objetiva, insistiendo en la cultura clásica como referencia del género.
El narrador de la obra es el reverendo Mr Yorick, personaje que ya aparecía en la novela Tristram Shandy, y que es un alter ego del propio Sterne. En ella Yorick narra sus variadas aventuras, generalmente de carácter galante y amoroso, en una serie de episodios compartimentados, siguiendo más o menos un orden cronológico. El libro apenas concluye cuando el autor llega a Italia,
Sterne (que redactó el Viaje sentimental bajo el influjo del enamoramiento de una mujer casada, y que moriría solo y abandonado a los dos meses de su publicación) rechaza a esos amargados que pretenden haberlo visto todo, que todo lo critican, a los que viajan en línea recta, a esos pedantes que no ven más que incomodidades y que pretenden trasladar su propio mundo a los mundos que visitan. Cosa que muchos de los que hemos viajado hemos visto con nuestros propios ojos.
Inciso: nunca se me olvidará, hace muchos años, un viaje «organizado» que hice a la India. Unos de los compañeros de viaje nos dió la tabarra durante los 15 días porque echaba de menos la comida española y sólo quería sitios donde comer paella o cocido. Todo le parecía mal, sucio y desorganizado. Realmente nos amargó el viaje y si no hubiera sido por su sufrida mujer, se hubiera llevado alguna colleja de alguno de nosotros. Obviamente a medio viaje nadie, ni siquiera el guía, le hablábamos, déspués de haberle dicho de todo. Y yo nunca volví a realizar un viaje organizado. Todavía lo recuerdo como una pesadilla.
Así pues, según Stern, el viajero está siempre de buen humor, dispuesto a tomar las cosas como vienen. Va en alegre y confiada busca de lo otro: «un inglés no viaja para ver ingleses», dice. Observa minucias, por ejemplo minucias lingüísticas: una expresión cazada a un peluquero le sirve para abordar una breve y aguda reflexión sobre las diferencias entre la lengua inglesa y francesa, entre el empirismo inglés y la gala tendencia a lo sublime «que promete más que da.»
Sterne agrupa las clases de viajeros según viajen por necesidad, por enfermedad del cuerpo o por imbecilidad de la mente. Están los viajeros simples, los viajeros ociosos, los viajeros curiosos, los viajeros mentirosos, los viajeros orgullosos, los viajeros vanidosos, los viajeros melancólicos, los viajeros delincuentes, los viajeros malvados, los viajeros desgraciados, los viajeros inocentes, los viajeros simples y, por último, los viajeros sentimentales.
El argumento, a grandes rasgos es el siguente:
Yorick, un clérigo desenfadado e ingenioso parte rumbo a Francia en plena guerra de los Siete Años para realizar un periplo que le descubra las maneras de ser de otras nacionalidades, aunque buena parte de la acción transcurre en tierras francesas. En su camino conoce a diferentes personajes y se le presentan múltiples ocasiones de elucubrar acerca de comportamientos y costumbres, hábitos y maneras, siempre desde una óptica en extremo peculiar.
El sentido del humor del escritor irlandés es su mejor baza a la hora de crear personajes y situaciones. Los divertidos pensamientos de Yorick ante las actitudes de las damas francesas o sus cavilaciones acerca de la Iglesia (sea cual sea) son tan desternillantes como actuales; las conversaciones con duques y condes o con floristas o campesinas, tan sutiles como perspicaces. Porque el humor de Sterne es un humor inquisitivo, crítico, que provoca una carcajada seguida de inmediato por una meditación. Sin duda, algo que parece sencillo, pero que encierra una sabiduría, vital y literaria, poco común.
Según los estudiosos de su obra : “… su influencia en la novela anglosajona moderna es incuestionable, y comparable a la de Cervantes en la de lengua española. Experimentó con recursos estilísticos impensables en su época y para muchos estudiosos anticipó el monólogo interior que luego Faulkner o Joyce exprimieron hasta sus últimas consecuencias».
Lawrence Sterne
Lawrence Sterne nació el 24 de noviembre de 1713 en Clonmel (Condado de Tipperary), en el sur de Irlanda, donde su padre, alférez del ejército inglés, estaba destinado. Terminó sus estudios en la Universidad de Cambridge en 1737 y al año siguiente se ordenó sacerdote de la Iglesia anglicana, destinándole ese mismo año en el vicariato de Sutton on the Forest, en el condado de York. En 1741 se casó con Elizabeth Lumley, lo que le hizo mejorar notablemente su posición social. Llevó una existencia licenciosa y festiva a pesar de la enfermedad que le acompañó buena parte de su vida.
Fue un predicador de éxito en la catedral de Yorkshire, donde era famoso por sus sermones excéntricos. Después de 21 años, marchó a vivir a Londres y, aún enfermo de tuberculosis, llevó una intensa vida social y cultural. Estuvo también viviendo en Francia, en Toulouse, por motivos de salud.
Eliza Draper
Fue famoso en su tiempo por la novela publicada por entregas “Vida y opiniones del caballero Tristam Shandy”, cuya población y personajes, se suponen inspirados en Sutton y sus habitantes. Póstumamente se publicó lo que se considera su primera obra literaria: “A political romance”, un relato humorístico escrito a raíz de una polémica surgida en York, y “Cartas a Eliza”, dirigidas a Eliza Draper, el amor más importante de su vida.
En 2005, el director inglés Michael Winterbottom, realizó A Cock and Bull Story (Una historia de gallo y toro), película basada en la novela La vida y opiniones del caballero Tristram Shandy, producción del Reino Unido que contaba con el inglés Steve Coogan en el papel de Tristram Shandy.
Murió de tuberculosis el 18 de marzo de 1768 en Londres.
Fuentes:
http://en.wikipedia.org/wiki/Laurence_Sterne
http://en.wikipedia.org/wiki/A_Sentimental_Journey_Through_France_and_Italy
http://www.laurencesternetrust.org.uk/wp/precious-cargo/the-exhibition/the-gallery/
http://www.bibliofiloenmascarado.com/2010/03/21/efemeride-semanal-lawrence-sterne/
http://www.librosyliteratura.es/viaje-sentimental.html