EL LIBRO DE COCINA DE ALICE B. TOKLAS

I am a pretty good housekeeper and a pretty good gardener and a pretty good needlewoman and a pretty good secretary and a pretty good editor and a pretty good vet for dogs and Ihave to do them all at once and I found it difficult to add bein a pretty good author.

About six weeks ago Gertrude Stein said, it does not look to me as if you were going to write that autobiography. You know what I am going to do. I am going to write it for you. I am going to write it as simply as Defoe did the autobiography of Robinson Crusoe. And she has and this is it.

(En La autobiografía de Alice B. Toklas, de Gertrude Stein)

 

 

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Alice B. Toklas, BackList, octubre 2012 (25,00€)

Traductor : Xosé Antonio López Silva (2012)

Ilustracions originales: Sir Francis Rose (1954)

Prólogo: Maureen Dufty (1994)

 

 He dudado si poner la reseña de este libro en «gastronomía» o en «Literatura». Al final me he decidido por esta última clasificación porque si interesantes son las recetas, mucho más lo es la escritura interesante e irónica de Toklas.

Ya había hojeado el libro en inglés, pero en castellano me ha fascinado. Alice B. Toklas puso en orden durante tres meses de inactividad debidos a una ictericia, sus innumerables notas, recogidas a lo largo de 25 años. Y me encanta cuando señala «…La enfermedad, en algunas ocasiones, permite a la mente ser libre para vagar y hacer reflexiones…». Y así el libro no solo contiene recetas de cocina, también comentarios sobre la época que le tocó vivir, la gente que iba a comer a las casas que compartía con su pareja Gertrude Stein (Picasso, Matisse, Picabia, Hemingway, Francis Scott-Fitzgerald…), invenciones «cocineriles» para tiempos de austeridad…

  

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Alice y Gerrude con su perro «Basquet»

 

Son 300 recetas que van desde aperitivos y ensaladas, platos principales a los panes, bebidas y dulces, ncluyendo recetas aportadas por amigos como Cecil Beaton, Pierre Balmain, Josephine Baker, Dora Maar o el chef del hotel Algonquin.

Después de la muerte de Gertrude Stein (en 1946), el editor Simon Michael Bessie, de Random House, y el fotógrafo Carl Van Vechten, Le propusieron a Toklas (que ya tenía 77 años y vivía precariamente), escribir un libro de memorias sobre su vida con Stein y las relaciones de ambas con los diferentes escritores y artistas que fueron pasando por su apartamento del número 27 de la Rue de Fleurus. Pero ella se negó a hacer un libro de memorias y propuso: «…Lo que sí podría hacer es un libro de cocina. Por supuesto, estaría lleno de recuerdos…».


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Gertrude Stein ante el retrato que le hizo Picasso

 

El resultado, en 1954, fue uno de los libros de cocina más originales y buenos del siglo XX, que recomiendo encarecidamente a todo el mundo, incluso a quienes no les guste cocinar porque no es un libro de cocina, ni de memorias. Tampoco una mezcla de ambos. Los capítulos no siguen un orden cronológico estricto, sino que pasan de un tema a otro, engarzados entre personas y anécdotas y, en ese terreno, las recetas actúan como cemento que le dan unidad al libro, y así como a las mismos recuerdos de Alice, de la vida con Stein, de la vida en París durante la Primera Guerra Mundial y los felices años posteriores, hasta el tiempo de encontrar su refugio en el Bugey y Bilignin durante la ocupación nazi.

 

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 Alice B. Toklas

Toklas y Stein vivieron en París y en la Francia rural a partir de 1908 hasta la muerte de Stein en 1947. Durante ese tiempo Toklas limpiaba, cocinaba y compartía la comida con amigos, acumulando recetas para los platos y la alta burguesía simples compilados en el libro. También vivió la vida en el alto círculo bohemio que ella y Stein ocupaban, la Francia durante las dos guerras mundiales, o los Estados Unidos, a los que viajó en los años 30.

Gertrude Stein y Alice B. Toklas convivieron durante casi cuarenta años, coincidiendo con la primera mitad del siglo XX y con las dos guerras mundiales. Eran mujeres muy inteligentes y muy extrañas: Gertrude, modernista, seductora, salonera; Alice, posesiva, oscura, altiva. Una pareja de lesbianas judías que jamás habló de su lesbianismo ni de su judaísmo. Una pareja asimétrica al menos en apariencia, dominada por la figura intelectual de Stein, en la que Alice cumplía las funciones de una secretaria glorificada. La pareja es icono lésbico y obsesión de académicos aún hoy día pero también ha están en la cultura popular gracias a la amistad con Hemingway y Picasso y a los famosos brownies de marihuana cuya receta escribe Alice y que parece le proporcionó su amigo Brion Gysin (que los llamaba  «Hashish Fudge» y que fueron el marco de la película Love You, Alice B. Toklas (1968), con Peter Sellers.

 

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Por cierto, si alguna vez me animo a hacer los dichoos «pastelitos», lo veréis en la web. Incluso tengo la receta de la «mantequilla de hashish» que es como mejor saben. Según dicen los que los han probado….

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