RELOJ SIN MANECILLAS

Sin duda la vida se compone de innumerables milagros cotidianos, la mayor parte de los cuales pasan inadvertidos

(Carson McCullers)

 

  

Carson McCullers, Seix Barral, noviembre 2011 (17,50€)

Traducción: Vida Ozore

 

 

 Con Carson McCullers me pasa lo mismo que con otros muchos autores: me gusta más su vida y personalidad que su obra. Sin embargo acabo de terminar Reloj sin manecillas (1961), su última novela, que me ha gustado un montón: se lee de un tirón y te deja con ganas de más.

En esta novela encontramos los temas clásicos de los novelistas sureños de la década de los cincuenta: el opresivo ambiente del sur estadounidense, la soledad, la injusticia social, el racismo, la venganza, la soledad, la muerte…

La novela se desarrolla en la sureña Milán y los cuatro personajes de la novela, el  juez Fox Clane (racista, viejo, decrépito y senil) que encarna el patriarcal carácter sureño, y su nieto Jester,  cuyo padre se suicidó, sienten una extraña atracción por Sherman Pew, un chico negro huérfano y de ojos azules  y el farmacéutico J.T. Malone (un oscuro y apocado farmacéutico), que junto a ellos desarrolla un auténtico drama personal, y  que, repentinamente, es diagnosticado de leucemia y desahuciado por los médicos, descubriendo que peor que la muerte es perderse en vida. Y aquí está, diríamos una de las claves de la novela como los personajes afrontan su existencia a través de la vida pero, fundamentalmente, de la muerte… y de la soledad: nadie quiere ni busca a nadie.

 Magnífica biografía de McCullers de Josyane Savigneau, Circe, 1997.

Una de las grandes virtudes de Carson McCullers es que el acercamiento a historias y personajes que realiza las lleva a cabo sin caer en dogmatismos ni razonamientos obvios, sino con una cierta lejanía que hacen que les cojas cariño al juez o al farmacéutico además de retratar a sus personajes en dos ámbitos:  uno individual e íntimo y el otro colectivo o social marcado por la sociedad que los rodea.

El sábado pasado comentaba con Patsy que esta novela me ha hecho pensar que me voy a dedicar una temporada a leer  o releer, ordenadamente, a los escritores sureños: William Faulkner, Tennessee Williams, Flannery O’Connor, Erskine Caldwell, Truman Capote, Norman Mailer, etc.

Carson McCullers

Lula Carson Smith  (1917 / 1967),  Carson McCullers, nació en el seno de una familia de clase media, su madre era nieta del propietario de una plantación y héroe del bando confederado en la Guerra de Secesión; su padre,  fue un acomodado joyero y relojero. Desde los cinco años recibe clases de piano, y con 15 años su padre le regala su primera máquina de escribir.

Por esas fechas, en 1932, enfermó de una fiebre reumática mal diagnosticada que la hizo estar en cama durante semanas. Dos años más tarde es enviada a la Juilliard School of Music en New York para estudiar piano, pero nunca asistió a la mencionada escuela, habiendo perdido el dinero guardado para su instrucción. Trabajó en empleos menores y estudió escritura creativa en la Universidad de Columbia y en el Washington Square College.

En 1935 conoció a Reeves McCullers, un soldado voluntario y aspirante a escritor. Decide ella también hacerse escritora dejando de lado su carrera musical y publica en 1936 una obra autobiográfica, Wunderkind, en la revista Story. Reeves abandonó el ejército y se fue con ella, matriculándose también en la Universidad (Periodismo y Antropología). Estuvo con ella en Georgia cuando Carson tuvo una recaída en su enfermedad. En esa época, escribe El corazón es un cazador solitario y en 1937 se casan, adoptando ella el apellido de él para su carrera literaria.

En 1940 conoció en Nueva York a los hermanos Mann (Erika y Klaus) y al marido de ella, el poeta inglés W. H. Auden. Tras divorciarse de Reeves, se muda con ellos a vivir a Brooklyn. Conoce a la escritora suiza Annemarie Schwarzenbach y mantiene una relación sentimental con ella. Al tiempo, se publica Reflejos en un ojo dorado.

Realizó diversas estancias en la colonia de artistas de Yaddo, en Saratoga Springs, donde conoció a Katherine Anne Porter, con la que también mantuvo una relación.

La enfermedad volvió a acechar a la escritora y en 1941 sufrió un ataque cerebral que la dejó paralizada de un costado; sufriría dos más en 1947.

En 1945 vuelve a casarse con Reeves. Los últimos años de su vida son físicamente calamitosos, con dolores constantes y un grado de invalidez considerable. No obstante, siguió con su actividad social e intelectual.

Tras varios ataques al corazón, sufrió un cáncer de mama, muriendo en 1967 en el Hospital de Nyack en el Estado de Nueva York.

Su ficción explora el aislamiento espiritual de los inadaptados y marginados del Sur de los Estados Unidos de América. Es, también, una pionera del tratamiento de temas como el adulterio, la homosexualidad y el racismo.

NB: El reloj sin manecillas es un conocido término carcelario, símbolo de un espacio sin tiempo donde las horas se siguen unas a otras  sin más esperanza que la llegada de la última, la de la libertad.

 
Fuentes:

http://www.elboomeran.com/blog-post/189/11643/javier-fernandez-de-castro/reloj-sin-manecillas/

http://www.papelenblanco.com/novela/disfruta-de-reloj-sin-manecillas-la-ultima-novela-escrita-por-carson-mccullers

http://es.wikipedia.org/wiki/Literatura_de_Estados_Unidos

http://es.wikipedia.org/wiki/Carson_McCullers

 

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