FANTE: UN LEGADO DE ESCRITURA, ALCOHOL Y SUPERVIVENCIA

“A ‘bestselleros’ como James Patterson o Dan Brown los metería en prisión: tienen un don y escriben una mierda; no les dejaría salir hasta que hicieran algo sentido”

(Dan Fante)

 

 

Dan Fante, Sajalín Editores, marzo 2012 (22,50€)

Traducción: Federico Corriente Basús

(en la foto de la portada del libro la familia Fante al completo. Al fondo, en el medio de los tres chicos, Dan Fante)

 

 

Al hablar de estas magníficas memorias de Dan Fante, es inevitable empezar por su padre, John Fante con el que Dan tuvo siempre una relación de amor-odio pero del que reconoce que heredó una apasión arrolladora por el trabajo y el amor por la literatura, que quizá le salvó la vida.

John Fante (Denver,1909 – Los Ángeles,1983) era hijo de Nicola Fante Albomeo,  italiano nacido en Torricella Peligna, Abruzzo, y de Maria Capoluongo, italoamericana. El matrimonio tuvo 3 hijos, Nick, John y Dan y una hija, Joyce.

Fante  estudió en diversas escuelas católicas de Boulder, Colorado, y también, aunque brevemente, en la Universidad de Colorado. En 1929 abandonó los estudios y se mudó a California, para centrarse en su carrera como escritor. Pero aunque escribió relatos y novelas cortas, su principal actividad para ganarse la vida fue escribir guiones de cine para Hollywood. Tuvo una vida desdichada, en general la clásica vida de un perdedor: novelista sin éxito, alcohólico, con crisis depresivas, violento y de carácter agrio.

Sus novelas, que, en su época pasaron bastante desapercibidas, fueron recuperadas bastantes años más tarde, cuando Charles Bukowski, al que se considera padre del realismo sucio, invocó el nombre de Fante como una de sus influencias principales. Eso hizo que se reeditara Pregúntale al polvo, probablemente la novela más conocida de Fante, que se convirtió en un gran éxito de ventas casi cincuenta años después de su publicación.

 

John Fante

Ahora su hijo Dan escribe unas interesantísima autobiografía Fante. Un legado de escritura, alcohol y supervivencia en la que alterna su propia vida (alcoholismo, intentos de suicidio, sexo con profesionales, drogas, peleas, empleos de carny, taxista, vendedor ambulante, camello…), con la de su familia, especialmente sobre su padre. Su vida y la de su padre son dos formas de entender la vida: el padre forma una familia y se “vende” a Hollywood para sobrevivir.

El hijo, Dan,  no sabe muy bien cuál es su camino y desperdicia sus días hasta que encuentra escritura como método para aliviar sus malestares: contabiliza 30 trabajos en menos de seis meses, duerme en coches abandonados, roba comida, bebe hasta perder el conocimiento… De su padre dice : “…“Ser guionista era la gallina de los huevos de oro pero también una almorrana literaria…”, porque lo que quería  Jonh Fante padre era escribir  y publicar  y tener éxito como escritor y la frustración era lo que le llevaba a gastarse lo que ganaba como guionista en las carreras y en eternas partidas a las cartas hasta amaneceres llenos de alcohol, a pasarse la jornada laboral en los campos de golf y las noches con mujeres en moteles se acentuarán.  

La amargura del progenitor envenenó la vida familiar. Así dejó de hablar a su padre a los 16 años y cerca de los 20 se trasladó a vivir a Nueva York aunque volvería en numerosas ocasiones por no tener, literalmente, donde caerse muerto.

 A los 48 años, en unas de sus vueltas al hogar familiar y ya muerto su padre,  encuentra en el garaje de casa la vieja máquina de escribir Smith Corona de éste. Y le da por escribir. “Descubrí que era un don; para mí, a diferencia de mi padre, es muy fácil: yo tengo una idea más o menos vaga de lo que quiero decir y empiezo a ver por dónde sale; mi padre, no: necesitaba tenerlo todo bien atado en la cabeza, principio y final, paseaba por casa dos o tres meses intratable, y luego en tres semanas lo tenía escrito; por el camino, café a raudales y 50 cigarrillos al día”.

Dan Fante, abril 2012 en Barcelona

 

Dan Fante no bebe ni se droga desde hace casi dos décadas, el desajuste entre lo que quería ser y lo que es casi ha desaparecido: “…podía convencer a la gente y sacarles dinero; hubo momentos en que hice mucha pasta: tenía mujeres, drogas, casas, coches…, pero no era feliz. Lo más importante que uno puede hacer en el mundo es encontrar su lugar, la labor que ha de hacer en él y hacerla…”, se reconcilió con su familia, hizo de su padre su ídolo particular e incluso se tatuó en su piel el nombre de Nick, su hermano y enemigo particular en la infancia.

 Hoy día está casado,tiene un hijo, escribe seis días a la semana desde hace 20 años y es  autor de cuatro novelas protagonizadas por su álter ego Bruno Dante, de un libro de relatos, de dos obras de teatro y de dos libros de poesía. Chump Change es la primera obra de Dan Fante traducida al español.   

Un magnífico libro de memorias que recomiendo.

 

NB:

El realismo sucio («Dirty realism») es un movimiento literario estadounidense surgido en los años 1970 que pretende reducir la narración (especialmente el relato corto) a sus elementos fundamentales. El realismo sucio, en contra de lo que puede parecer, no tiene que ver con una alabanza de la basura, ni del lenguaje soez, ni de los personajes malolientes, sino con una forma de narrar historias de gente corriente, no muestra las grandes pasiones desmedidas ni los sentimientos más elevados del espíritu humano, sino la vida en sus peores momentos.
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Se trata de una derivación del minimalismo que tiene características propias. Al igual que aquél, el realismo sucio se caracteriza por su tendencia a la sobriedad, la precisión y una parquedad extrema en el uso de las palabras en todo lo que se refiera a descripción. Los objetos, los personajes, las situaciones deben hallarse caracterizados de la manera más concisa y superficial posible. El uso del adverbio y la adjetivación quedan reducidos al mínimo, dado que estos autores prefieren que sea el contexto el que sugiera el sentido profundo de la obra.

En cuanto a los personajes típicos, se tiende a retratar seres vulgares y corrientes que llevan vidas convencionales, en la línea de uno de los grandes referentes del movimiento, el cuentista O. Henry (1862-1910). Otra influencia importante en la corriente es la del narrador estadounidense J. D. Salinger (1919-2010).

Son representantes del realismo sucio, entre otros, los narradores estadounidenses John Fante (1909-1983), Charles Bukowski (1920-1994), Raymond Carver (1938-1988), Richard Ford (1944), Tobias Wolff (1945) y Chuck Palahniuk (1962),

 

 

 

Fuentes:

http://thekankel.blogspot.com.es/2012/05/fante-un-legado-de-escritura-alcohol-y.html

http://cultura.elpais.com/cultura/2012/05/02/actualidad/1335955556_921436.html

http://la-pasion-inutil.blogspot.com.es/2012/01/john-fante-un-ano-pesimo.html

http://www.danfante.net/

http://www.malibumag.com/site/article/remembering_john_fante/

 

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