INGRID NOLL

 

INGRID NOLL

LITERATURA ALEMANA

 

 

(novela policiaca con nombre de mujer)

 

 

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 Hay muchas mujeres que en llegando a la cincuentena se deprimen: se ven viejas, se sienten solas. No saben qué hacer de su vida. Esto es especialmente aplicable a las “amas de casa”, término casi en desuso (ja¡), que significa que has pasado toda tu puñetera vida cuidando del marido, los niños y la casa, casi sin más horizonte que este y de repente te encuentras un día que los niños ya no están, que el marido no parece tan interesante como antes y que los trabajos caseros son absolutamente alienantes.

 

Algo así debió pensar la escritora alemana Ingrid Noll (Shangai, 1935) que publicó por primera vez una novela cuando contaba más o menos 55 años. Obviamente, esto no se improvisa. Noll que estudió literatura en la Universidad de Bonn escribió siempre, aunque no se decidió a publicar hasta que sus tres hijos se fueron de casa.

 

Esto nos puede hacer pensar ¿no?:  que en la vida nada se improvisa  y que hay que ir preparándose para el momento en que nuestra actividad cara a los demás no sea necesaria o por lo menos no TAN necesaria.

 

Volviendo a la escritora. Sus novelas son muy recomendables para este mes de septiembre en el que no queremos devanarnos la cabeza con “alta” literatura. Pero no por ello es una lectura desdeñable o para pasar el rato. Noll, escribe muy bien, es tierna, divertida y nos hace pensar. Es la autora/autor que más se parece a Patricia Highsmith, sólo que en vez de tener un personaje amoral como Tom Ripley, ha creado estupendas y amorales mujeres.  Como Highsmith,  Noll parte de hechos a cotidianos para convertirlos en sombras amenazadoras. Las “tradicionales” mujeres de Ingrid se rebelan ante esa misma tradición mediante actos tan extremos como pudiera ser el crimen. En la convencional novela policíaca, el asesino resulta ser, casi siempre, el más inofensivo o vulnerable en apariencia, pero en las novelas de Ingrid esto no es ningún misterio: el meollo es como se las ingeniará la criminal para alejar las sospechas y salirse con la suya.


Noll, tanto como persona como autora, nunca incluye juicios morales. Lo que es de agradecer. La policía y la justicia no acotan el menor espacio para el esclarecimiento y el castigo.


Aquí van unas cuantas reseñas de sus obras y ¡ánimo!, que las mujeres de “tatantos” no somos invisibles y para las más belicosas: reirse con los personajes masculinos que son los eternos despistados que incurren en el error de subestimar la inteligencia no exenta de resentimiento de las mujeres. Las novelas de Ingrid Noll reflejan admirablemente el poder casi demoníaco que desde tiempos ancestrales se nos atribuye a las mujeres… y lo hace con humor idénticamente perverso.

 


EL GALLO ESTÁ MUERTO, Seix Barral, 1993


En la primera de sus novelas la protagonista es , Rosemarie Hirte, solterona de 52 años, hace el trabajo de los demás, resiste estoica los torpes coqueteos de su jefe, escucha paciente las burdas confesiones sexuales de su mejor amiga y se hace cargo del perro de una compañera de oficina enferma. La frustración que late en su interior se activará al conocer a Wiltod, conferencista guapo y apenas un poco más joven que ella, por el que decide arrebatarle a la vida las oportunidades que le negó… caiga quien caiga. Rosemarie es una expulsada de ese paraíso (no es casual que la portada de las ediciones española, mexicana y alemana sea un detalle de “Eva, la serpiente y la muerte”, de Hans Baldung Grien) porque no es ni joven, ni guapa, ni rica, ni exitosa, ni madre ni esposa. Es tan solo una chica bien que ante su única oportunidad de conocer el amor no vacila en arrasar con todos, hasta con su mejor amiga cuando sospecha que esta tiene una aventura con Witold, y al final resulta que con quien se está acostando es con la hija de la amiga.

 


LA FARMACEUTICA, Circe, 1994

 

{mosimage}Una  farmacéutica cuarentona  y respetable cuenta su vida a una compañera de habitación en un hospital de Heidelberg. La fria normalidad de la clase media, la paranoia y el egoismo socialmente aceptable , y el espíritu de la mesocracia alemana son los ingredientes básicos. La novela no es una simple historia de buenos y malos. Ingrid Noll refleja la tortuosa complejidad de las relaciones humanas, donde los papeles no están tan claros como en principio pudiera parecer. El altruismo casi maternal de la protagonista es la coartada para que aflore el egoismo y los conflictos personales. Sin caer en la truculencia se describen personajes aparentemente inofensivos pero carentes de escrúpulos.

 

 


COMO UNA DAMA, Circe, 1994


{mosimage}Lore ha cumplido ya los 70 años. Vive bastante sola desde que murió su segundo marido, un anticuario que la ha dejado en una buena posición económica. Su primer marido se divorció de ella y mantiene con su hijo una relación a distancia, en la que no reina el amor pero quizá sí que exista cierta complicidad silenciosa.


Para no someterse a la soledad, Lore decide irse a vivir con su amiga de infancia, Anneliese, que disfruta de una agradable casa con jardín y de una alegre viudedad: después de mucho tiempo de sufrimiento, su marido permanentemente enfermo, y necesitado de cuidados constantes, murió. Sobre la muerte del marido de Anneliese, Lore tiene algunas sospechas que colocan a su amiga en la estela de los Borgia.


Las dos viven en perfecta armonía, con alguna pequeña disputa por un quítame allí estas hierbas, hasta que se cuela en su hogar un antiguo novio de Anneliese, Ewald, galán maduro que sobrevive como puede a su infeliz matrimonio. Su mujer está teóricamente ingresada en un sanatorio, del que tiene, también teóricamente, pocas posibilidades de salir con vida debido a su enfermedad terminal.

 

 


BENDITAS VIUDAS, Circe 2003


{mosimage}La amistad entre Cora y Maja no conoce límites. Cora es una pintora de temperamento impredecible que vive en la Toscana, heredera de la fortuna de un marido con quien se casó muy joven y al que procuró enterrar cuanto antes. Maja vive a su sombra, con un hijo pequeño y un matrimonio roto a sus espaldas. Un día, la casualidad pone ante ellas una espléndida villa que se vende por un precio irrisorio, pues se rumorea que su último propietario no murió de manera accidental. Cora decide que es la casa de sus sueños, pero se le adelanta otro comprador. ¿Renunciará por ello a su deseo?.

 




FALSAS LENGUAS, Circe, 2004

 

{mosimage}Falsas lenguas es una colección de historias, a veces nada ejemplares, donde nada es lo que parece. Con maestría y brevedad que adquiere precisión de bisturí traza las peripecias de unos personajes inolvidables: la empleada de hogar aficionada al oro, pero menos sospechosa que su patrona; un coleccionista de autógrafos dispuesto a -casi- cualquier cosa; hijos hasta cierto punto tiernos, madres no siempre abnegadas, y parejas de tres…, o incluso de cuatro.

 




 

 


MALOS HERMANOS, Circe 2004


{mosimage}Muchos hombres, al llegar a cierta edad, atraviesan por una época de crisis. Éste parece ser el caso de Paul Wilhelms: su matrimonio con Annette hace tiempo que dejó de funcionar; su trabajo como abogado le recuerda cada día el fracaso de las ilusiones y expectativas juveniles, y ni siquiera su amante consigue proporcionarle una felicidad duradera. En lo más hondo de su ser, además, late una antigua herida: siempre se ha sentido postergado. El favorito de sus padres es Achim, el hermano menor, con quien la Naturaleza ha sido pródiga a la hora de conceder los dones de los que él carece. A los treinta y nueve años, todo parece tambalearse alrededor de Paul… Al fin y al cabo, una sensación típica de la madurez. Bajo la apariencia de unas vidas ancladas en los limites de la mediocridad, «Malos hermanos» nos acerca al cerrado universo de una familia con secretos del corazón, en la que irrumpe un asesinato para hacer aflorar las verdades más ocultas.

 

 


LA ROSA ROJA, Circe, 1998

 

Annerose es una ama de casa al filo de los cuarenta años. Lleva una existencia sin sobresaltos en un tranquilo lugar de Alemania donde además de cuidar su familia y visitar a sus amigas encauza sus inquietudes creativas a través de la pintura.

 

 

EL AMOR NUNCA SE ACABA, Circe

 

{mosimage}Charlotte, una anciana de ochenta y tres años dinámica y pulcra, espera la visita de Hugo, que además de ser su cuñado es el hombre del que estuvo enamorada en su ya lejana juventud. La espera le hace preguntarse si sabrá estar a la altura de las circunstancias y si es realmente bueno todo lo que bien acaba

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