LAS PEQUEÑAS IRONÍAS DE LA VIDA

El pesimismo es la única visión de la vida con la que uno jamás puede quedar decepcionado (Thomas Hardy)

 

Thomas Hardy, Reencuentros Navona, 2009

Este libro es una serie de ocho relatos publicada en 1894 por primera vez, aunque Thomas Hardy la revisó en varias ocasiones hasta 1912 en que se publicó la versión definitiva. Las historias van de pasiones, ambiciones en el mundo urbano y rural de finales del siglo XIX en Inglaterra y tienen la “peculiaridad” de que todas acaban mal. Cosa que me encanta porque nunca me creo lo que acaba bien y además soy una persona realista (otros dicen que pesimista) que piensa que así es la vida a grandes rasgos: triste, dura y despiadada.

Sus personajes son gobernados por las fuerzas férreas de la naturaleza y por los mecanismos, no menos férreos, de la sociedad victoriana. El mundo de Hardy fue dirigido por el determinismo biológico y físico: el azar y la voluntad humana no existían para él.

Es un libro que se lee bien, que te atrapa y que te hace pensar, en mi caso, que más vale un clásico en mano que un contemporáneo volando.

Novelista y poeta inglés del movimiento naturalista, cuyos personajes, retratados con profundidad en su Dorset natal, luchan inútilmente contra sus pasiones y circunstancias externas. Nació en Higher Bockhampton (Dorsetshire), el 2 de junio de 1840, y estudió en centros de enseñanza locales y privados. Su padre, cantero, le colocó de aprendiz con un arquitecto local que se dedicaba a restaurar iglesias antiguas. De 1862 a 1867 trabajó para otro arquitecto londinense y más tarde, en Dorset, continuó en la construcción, a pesar de su mala salud. Mientras tanto escribió poesía con poco éxito. Después se dedicó a las novelas, y al descubrir que eran más fáciles de vender, a partir de 1874 pudo mantenerse escribiendo. Aquel mismo año se casó con su primera esposa, Emma Gifford, a quien conoció cuando trabajaba en Cornwall. Su matrimonio duró hasta que ella murió, en 1912, impulsándole a escribir su libro de poemas Lo que queda de una vieja llama. Estos poemas, los mejores que escribió, describen su encuentro y su pérdida posterior. En 1914 se casó por segunda vez con Florence Dugdale que sería su biógrafa después de su muerte, el 11 de enero de 1928.

Hardy publicó sus dos primeras novelas anónimamente, Remedios desesperados (1871) y Bajo el árbol (1872). Las dos siguientes, Unos ojos azules (1873) y Lejos del mundanal ruido(1874), firmadas con su nombre, fueron bien acogidas y la última fue adaptada al cine en 1967. En ella retrata a Dorsetshire como el condado imaginario de Wessex, pero carece del pesimismo trágico de sus últimas novelas. Después escribió algunas obras menores, como Los Woodlander (1887) y Las pequeñas ironías de la vida (1884). Se consideran como sus mejores novelas El regreso del nativo (1878; El alcalde de Casterbridge (1886); Tess, la de los D’Urbervilles (1891), que fue llevada al cine por Roman Polanski en 1979 con el título de Tess, y Jude el oscuro (1895). Todas están impregnadas por la creencia en un universo dominado por el determinismo biológico de Charles Darwin y del físico y matemático del siglo XVII Isaac Newton. Es un mundo donde el destino de los individuos es ocasionalmente alterado por la suerte y donde la voluntad humana resulta vencida por la necesidad. Las intensas descripciones del campo, la montaña, las estaciones y el clima de Wessex alcanzan en sus novelas una presencia física que actúa como un espejo de las condiciones psicológicas y la suerte de sus personajes, a los que Hardy contempla con ironía y tristeza. El crítico G. K. Chesterton escribió que Hardy «fue una especie de pueblo ateo pensando y blasfemando sobre el pueblo idiota». De hecho, en la Inglaterra victoriana Hardy parecía un blasfemo, sobre todo en la novela Jude, que aborda la atracción sexual como una fuerza de la naturaleza a la que la voluntad humana no puede oponerse. Aunque disfrutó de la admiración del mundo literario de Londres, le molestaban las constantes referencias de los críticos a su «pesimismo», y las críticas a Jude fueron tan duras que anunció haberse «curado» de escribir novelas.


A los 55 años, Hardy volvió a escribir poesía, género que había abandonado siendo
Dinastías, escrito entre 1903 y 1908, el considerado como su mejor libro de poesía.

Hardy publicó un total de 53 cuentos, de los cuales 37 aparecieron en cuatrolibros de recopilación: los Cuentos de Wessex (1888); Las pequeñas ironías de la vida (1893); A Group of Noble Dames
y Un hombre cambiado y otros cuentos(A Changed man and other tales (1900 y 1913).


Actualmente su poesía es muy apreciada, tanto por su prosaísmo refinado y objetivo como por la ironía y naturalidad melancólica. Se lo considera un precursor de muchos poetas contemporáneos como Ph. Larkin y R. Graves. W. H. Auden, por ejemplo, aseveró en un ensayo que la poesía de Hardy había sido su mayor influencia. Incluso se ha contrapuesto su manera de hacer poesía a la de E. Pound, T. S. Eliot y otros vanguardistas, porque se estima que no necesitó de experimentalismos agudos y dislocaciones de la conciencia para dibujar la realidad: su mente ya era escéptica y metafísica por naturaleza.

FUENTES

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/h/hardy.htm

http://es.wikipedia.org/wiki/Thomas_Hardy

http://www.mauroyberra.cl/contenido/Bartolome/columnaramona/archivos/thomas%20hardy.pdf

http://www.abretelibro.com/foro/viewtopic.php?t=2430

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