TRABAJOS FORZADOS. LOS OTROS OFICIOS DE LOS ESCRITORES

 Trabajos forzados es una apasionante y amena guía de supervivencia que recorre los modos con que los astros más brillantes del universo literario han ido capeando el temporal del hambre.
Ya sea porque buscaban hacerse ricos, o tal vez simplemente para sobrevivir, los escritores se han entregado tradicionalmente a los oficios más diversos: desde buscadores de oro a carteros, desde soldados de fortuna a industriales, desde contrabandistas de opio a fogoneros en un barco en China; conductores de autobús, verdugos, guardias, vendedores de bisutería… Malraux fue ministro; Jack London sobrevivió como cazador de ballenas en el Ártico. Colette abrió un salón de belleza y Orwell pasó de ser policía en Birmania a vivir lavando platos en Londres. Gorki trabajó como pinche de cocina en el Volga; Saint-Exupéry pensó toda su vida que su verdadero trabajo era el de aviador; e Italo Svevo dejó de ser un gran industrial para poder escribir: le bastaba concluir una línea para sentirse pagado.

Daria Galaterria, Impedimenta, sept. 2011 (18,96€)

He disfrutado como una enana leyendo este libro. En el fondo todos los que leemos biografias somos unos cotillas: a veces nos interesa más la vida que la obra de los autores.

Por otra parte es un libro para animar a tantas blogueras amigas que escriben arañando sus pocos ratos de ocio tratando de expresar, por necesidad lo que llevan dentro.

A todas ellas (no cito a ninguna porque seguro que me dejo a alguien) les recomiendo este libro y, por supuesto, que no dejen de escribir nunca.

Fuente: Jordi Corominas i Julián:

Charles Bukowski entrega la correspondencia a Carlo Emilio Gadda, quien permanece ocioso en su domicilio, contento por la pausa en su labor para la RAI. En otra parte T. S. Eliot se mantiene entretenido con las cuentas del Lloyds Bank, repletas de giros idiomáticos que abren un magnífico abanico de posibilidades para sus poemas. En la otra punta de Europa el joven Blaise Cendrars  se dispone a partir para un largo viaje profesional. Comercia con joyas que bien podrían regalar Paul Claudel o Paul Morand, quienes esta noche cenan en un hotel de lujo de la Rue Rivoli donde Colette les comenta su aventura comercial de perfumes y productos de belleza. Friega sus platos George Orwell. En el cielo, los aviones de Antoine de Saint-Exupéry y T. E. Lawrence brindan piruetas que provocarían la ira de Franz Kafka e Italo Svevo, enfurruñados con la rutina de sus empresas entre seguros y pinturas con fórmulas secretas. Boris Vian duerme la resaca de uno de sus conciertos y Raymond Chandler apura sus últimas horas de sueño. Desea abandonar su trabajo como subdirector en la petrolífera Dabney, la segunda más importante de su época, y dedicarse a la literatura.

Cesare Pavese dijo que lavorare stanca, y tenía más razón que un santo. También agobia o supone una vía de escape. Los caminos de contratos y horas gastadas en ganarse el pan son imprevisibles, no así inescrutables. De otro modo Daria Galateria no hubiese escrito su magnífico Trabajos forzados. Los otros oficios de los escritores, que no versa sobre el calvario de Wilde en la cárcel, sino que recopila una serie de retratos de literatos que penaron y disfrutaron en mil y un puestos antes, durante y después de alcanzar la fama con sus manuscritos. Ya lo saben. Escuchamos la frase desde nuestra más tierna adolescencia. Las letras no dan de comer. Te inscribes en la Universidad, estudias Humanidades y tu tía, o la del vecino, afirma con convicción que lo ideal es hacerse funcionario, que así tendrás el futuro garantizado y no deberás preocuparte por nada más, todo te sonreirá y hasta quizá ganes el Premio Nobel cuando envejezcas y los académicos valoren tus meritos.

Hay varias formas de analizar la cuestión que propone la autora transalpina. Desde un punto de vista meramente estudioso siempre suelo leer la obra de alguien en función de su biografía, pues sin ella muchos matices caen en un pernicioso limbo. Lo que hacemos repercute en nuestras creaciones, y los capítulos de este volumen editado por Impedimenta así lo demuestran. De otro modo no entenderíamos el origen de lo kafkiano ni el largo silencio de Italo Svevo hasta triunfar con La coscienza di Zeno. Muchos de los perfiles elegidos corresponden a creadores que cimentaron su carrera a lo largo de la primera mitad del siglo XX en distintos lugares del globo, con lo que de este modo Galateria traza una especie de retrato común que destaca por su heterogeneidad, en la que caben desde lo arriesgado de Jack London y Maxim Gorki hasta lo pulcro de Arthur Schnitzler y Jean Giono, postrado en la oscuridad de su oficina.

   

Daria Galateria

Daria Galateria nació en Roma en 1950. Se licenció en Literatura en la Universidad La Sapienza de Roma, con una tesis sobre el monólogo en Stéphane Mallarmé y Paul Valéry.

Desde 1975 trabaja como profesora de Lengua y Literatura francesa. Entre sus áreas de investigación se encuentran las memorias, especialmente de mujeres, de los siglos XVII y XVIII. Ha preparado la edición canónica en italiano de En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust, para Mondadori, y ha traducido a autores como Françoise Sagan, Anatole France, Jean Giono, Paul Morand o Boris Vian. Comenzó su carrera editorial en 1977, con el estudio crítico André Breton. Posteriormente publicaría Parigi 1789 (1989), Il tè a Port-Royal (1995), Fughe dal re Sole. Memorie di cortigiani riluttanti (1996, Premio Grinzane Cavour), Scritti galeotti (2000) y Entre nous (2002). En 2007 publicaría su obra más exitosa, Trabajos forzados (Los otros oficios de los escritores), que se traduce ahora al castellano por primera vez. En 2005 fue nominada como Officier de l’Ordre des Arts et des Lettres en Francia. Actualmente dirige varios programas para la RAI. Asimismo, es colaboradora habitual de Il Manifesto, La Repubblica y L’Espresso.

Fuentes:

http://www.revistadeletras.net/retales-de-heroismo-cotidiano-trabajos-forzados-de-daria-galateria/

http://www.abretelibro.com/foro/viewtopic.php?f=4&t=54807

http://www.melibro.com/trabajos-forzados-daria-galateria-editorial-impedimenta/

 

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