UNICA ZURN


DEBERÍA SER IMPOSICIÓN LEGAL HUIR DE LAS AMISTADES PELIGROSAS

Escritora, dibujante y pintora alemana, nació en Berlín el 6 de julio de 1916 y murió en París en 1970.

Su infancia estuvo marcada por el divorcio de sus padres y la pérdida de la mansión familiar.

En 1942 se casa con Erich Laupenmühlen con el que tiene dos hijos. En 1949 se separan quedando estos bajo la custodia del padre, y lanzando a Única a una vida marginal en la que sobrevive como periodista. 

En 1953 conoce al escultor Hanz Bellner con el que comienza una relación bohemia y tormentosa pero fructífera, publicando al año siguiente “Hexentexte” o “textos brujos” su primer libro que contiene bellísimos anagramas y dibujos, al tiempo que empieza a integrarse en el círculo surrealista de París : Breton, Man Ray, Duchamp entre otros, y especialmente Henri Michaux, poeta y pintor, adicto a la mescalina como parte de un personal experimento acerca de la consciencia humana. Zürns toma parte en esos “experimentos” que, probablemente la llevaron a la enfermedad mental que sufrió durante los últimos 13 años de su vida. 

Todos estos personajes, incluido Bellner, influyen extraordinariamente en su magnífica obra gráfica Fotos 2 y 3) de la que dijeron sus críticos : “ En sus dibujos aparecen criaturas fantásticas, rostros humanos o híbridos entre animales y humanos…. Ella será capaz de crear gatos llameantes, lagartos con rostro de lobo, lobos con cara de pájaro, peces abisales de grandes ojos asustados, serpientes con dos cabezas, insectos tan humanizados que parecen deprimidos, aves de picos curvos y con dos pechos…… Es curioso cómo, para alguien constantemente abocado al suicidio, vienen a la mente, al ver sus dibujos, palabras como brote, nacimiento y reproducción, conceptos estrechamente ligados a la idea de vida…” 

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Sin embargo, su producción literaria es cortísima y no muy conocida: dos únicas obras con un gran componente autobiográfico  : “Primavera sombría” y “El hombre Jazmín”, que se publicaron en 1971, un año después de su muerte. Una colección de cuentos, escritos entre 1949 y 1955 para diversos periódicos, han sido reunidos en un volumen titulado “El trapecio del destino y otros cuentos”.

En 1957 tuvo su primer brote esquizofrénico y que le provocó continuas entradas y salidas de hospitales psiquiátricos :  Hospital Wittenau en Berlin, Sainte Anne, Maison Blanche, La Rochelle y La Chesnaie en París.

Sin duda no es ajeno a estos episodios clínicos su vida con Hanz Bellner, que merecería un apartado para él sólo y que vemos en la foto 4, en su estudio. Bellner (1902-1975) es famoso por la realización de “La Muñeca” (Poupee ) en 1934, simulacro de mujer hecha con papel y pegamento al que añade articulaciones y que puede adoptar múltiples poses . La realizó como “oposición” al exarcerbado culto nazi  al cuerpo humano. Pero esta ya es otra historia.


En su obra nada es sagrado… Las partes de la mujer son destruidas y transformadas, casi con sadismo en un ser nuevo lleno de injertos donde lo que sobresale son: nalgas, senos, torsos y el pubis infantil de niña. Todo en el cuerpo es zona de deseo, orificios, vaginas, anos, bocas y ombligos sugieren un deseo patológico insatisfecho.


Su más atroz grupo de fotografías son las realizadas a partir de 1958 a  Única Zurn, y que duraron hasta que ella murió en 1970. El cuerpo vivo de Unica es  transformado, agredido, rasgado y mutilado… provocando en ella el suicidio cuando una  de sus fotos aparece como portada en el nº 4 de la revista fundada por Breton en “Surréalisme même”. En el grupo de fotos (que aparece en composición de más abajo) la podéis identificar fácilmente:  aparece el cuerpo desnudo  tendido en una cama, sin rostro, sin brazos sin piernas, los muslos entreabiertos…. Unica  se vió en la portada y no lo pudo resistir. Incapaz de superar su enfermedad,  prácticamente ya acabada su relación amorosa se suicidó tirándose por la ventana ante los ojos de Bellmer. 

Para finalizar: cuando la soledad, la incomprensión, la enfermedad, la realidad, etc. hace mella en nosotros y no podemos superarla, quizá es imposible sobrevivir. Todo esto nos resultará más fácil entenderlo si recordamos la película de Fassbinder, “Despair” que no en vano está dedicada Única Zürn, Artaud y Van Gogh. 

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