MARTHA (BEYNAYS) FREUD

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La mujer a la sombra del genio 

 

 

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Freud y Martha el día de su boda 

 

La editorial Circe publicó en mayo del 2006 la biografia novelada de la esposa de Sigmund Freud, titulada  Martha F., de Nicolle Rosen, un retrato íntimo que evoca su formación como joven burguesa en la Viena imperial y sus años de mujer casada a la sombra de un marido absorto en sus estudios, por medio de una correspondencia ficticia que establece la viuda del psicoanalista con una joven norteamericana que conoce en un funeral.

 
Las cartas que envía durante un año a la joven pasan revista a sus recuerdos desde una vejez lúcida y nada complaciente, en los que ocupa un lugar destacado el medio siglo de matrimonio con el padre del psicoanálisis. 


 
Poco es lo que sabemos de la mujer que compartió su vida con Freud a lo largo de 53 años de matrimonio. Los datos de Martha se encuentran dispersos entre las biografías de su marido.

 
Freud la conoció cuando ella tenía 21 años y él 26. Fue su única novia y se enamoró de ella a primera vista. Martín, el hijo de ambos, y Paula Fichtl, empleada doméstica durante los últimos años del matrimonio Freud, son quienes aportan una mayor información acerca del carácter y la personalidad de Martha.

 

{mosimage} Martha Bernays Philipp nació en Wandsbek, Hamburgo, el 26 de julio de 1861, Además de Isaac y Eli, sus dos hermanos mayores, Martha tuvo otra hermana, Minna, que nació después. Su padre era secretario del economista vienés Lorenz Von Stein por lo que la familia se mudó a Viena cuando Martha tenía ocho años.

 
Cuando Martha tenía 11 años, Isaac, su hermano mayor, murió. A los 18 perdió a su padre y, a los 20, a Jakob, su tío paterno. Dos años más tarde se comprometió en secreto con Freud porque a su madre no le atraía la idea de que un joven médico sin recursos económicos cortejara a su hija. Por esa misma época Minna, su hermana menor, se comprometió con Ignaz Schönberg, filósofo y literato, que moriría prematuramente. Martha y Minna nunca se separaron pues, cuando murió Schönberg, Minna se fue a vivir con los Freud, donde permaneció por espacio de 50 años.

 

Martha se había desarrollado en un medio de intelectuales destacados, además de revolucionarios, y había vivido la apostasía. Sólo ese entrenamiento, quizás, la podía haber preparado, no sólo para ser madre de seis hijos, sino para enfrentar el mundo de controversias que se desataría con los descubrimientos de Freud sobre el inconsciente, la sexualidad infantil, la fundación del psicoanálisis.

 

 
Durante los cuatro años de noviazgo Sigmund y Martha se escribieron a diario: más de mil cartas de amor enviadas desde 1882 y 1886. El entonces pobre estudiante de medicina tenía 26 años y ella, hija de una estricta familia judía religiosa, tenía 20. Gracias a que ella conservó esa correspondencia, ahora contamos con un material muy valioso. 

 

Su matrimonio no fue fácil aunque duradero : 53 años. Desde que contrajeron nupcias el 14 de septiembre de 1886, sus vidas se caracterizaron por una actividad, familiar y profesional, incesante. Al año de la boda nació Mathilde, su primera hija. Martin nació en 1889. Cuando Oliver nació en 1891, la familia Freud se cambió a una casa más espaciosa en la calle Bergasse y Minna, la hermana de Martha, se mudó a vivir con ellos.


Para entonces Freud era económicamente responsable de sus padres y de sus cuatro hermanas solteras. Después vinieron otros dos hijos: Ernest y Sophie. En  1896, Martha dio a luz a su hija Anna. El parto le causó un enorme desgaste físico y no la pudo amamantar, igual que no había podido hacerlo con su primer hijo varón. Además tuvo que hacer frente a las enfermedades de sus otros hijos: el asma de Martin ; la neurosis obsesiva de Oliver; los baños de spa de Sophie, la apendectomía de Anna y la difteria de Mathilde.

 

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Freud y su hija Anna 
 
 

Tras el nacimiento de su hija Anna, en 1896, el matrimonio Freud decidió cancelar su vida sexual, se supone que a iniciativa de él y para no perjudicar la salud de su mujer con otro embarazo Iniciativa, como tantas otras en relación a Martha. Cuando se desclasifiquen, en el año ¡2113!, los documentos de la vida privada de Freud custodiados en la Biblioteca del congreso de Washington, se podrá conocer más sobre esta mujer que vivió, en la sombra, más de medio siglo al lado de un genio y siempre desplazada por alguien: por los compañeros de profesión de Freud, por sus discípulos, por Minna, con la que discutía sus teorias y la llevaba en sus viajes, por Anna, su propia hija que desde bien joven, y desplazando a Minna, sería hasta su muerte compañera inseparable y la heredera de la obra del padre, etc., etc. 

 

Martha sería, según lo que hoy sabemos, el ama de casa sacrificada, solo ocupándose de los hijos, la casa, los sirvientes y la intendencia, etc., según palabras de la propia Martha, su misión era, "preservar a su marido de las pequeñas miserias de la vida cotidiana”, mientras que los reales “compañeros o compañeros de vida”, su marido se los buscaba fuera. 

 

En Presentación Autobiográfica , escrito en 1925, Freud afirma que su ardor por Martha le impidió publicar sus hallazgos y perder notoriedad ante otro científico que consiguió fama al revelar los efectos anestésicos del alcaloide. Pasado el “ardor” ¿le estaría recriminando a su esposa, de forma más o menos consciente, el no haber conseguido el prestigio que anhelaba hasta su madurez?. De hecho, Freud no mantuvo ni un amigo durante mucho tiempo: ni Jung, ni Breuer ni Fliess, …. No había duda: tenía que ser el primero. No consentía disidencias, ni nadie que le hiciera sombra.

 

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 The Freud Museum, Londres. A la derecha el famoso diván donde se recostaban sus pacientes 
 

 

En septiembre de 1938 la familia, huyendo de los nazis, se trasladó a Londres y se instalaron en el número 20  de Maresfield Gardens.  Aquí vivió Freud hasta su muerte, un año después, a la edad de 83 años. Martha y Minna junto con su hija Anna y su criada Paula Fichtl permanecieron en la casa. Dorothy Burlingham, amiga de Anna, posteriormente  también se mudó. La casa estuvo ocupada hasta la muerte de Anna Freud en 1982 y se convirtió luego en museo conforme a sus deseos, abriéndose al público en julio de 1986.

 

Martha moriría en 1951, a los 90 años. 

 

{mosimage}El libro de Nicolle Rosen es de una belleza y ternura increible. Por un momento me olvidé que estaba leyendo una biografia novelada y me metí tanto en el personaje que acabé sintiendo casi como mia la temprana muerte su hija Sophie y de nieto Heinerle, casi odiando a Anna, compadeciendome de Minna y, sobre todo, sintiendo una enorme admiración, y pena por qué no decirlo, por la mujer que, durante tantos años se olvidó de sí misma para convertirse en espectadora de su propia vida y de la de los que le rodeaban.              

El libro también contiene una excelente bibliografía y una cuidada traducción a cargo de Xoán Abeleira.

 

 

 

Para saber más:

http://www.freud.org.uk/

http://www.freud-museum.at/

http://www.ibe.unesco.org/publications/ThinkersPdf/freuds.pdf

http://www.firex21.com/detalles.aspx?id=9789500259439

 

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