VALERIE SOLANAS
Mientras tanto Válery a conocido al editor francés Maurice Girodias especializado en publicar obras de autores “malditos”: Williams Borroughs, Henry Miller, Jean Genet, Nabocov…y cuyo contenido cuanto más indecente y grosero, mejor. Girodias le da un adelanto de 600 dólares por una próxima obra y algunos trabajos más y aquí empieza el desquicie de nuestra autora: piensa por una parte que Wharhol le ha robado su obra de teatro, como que Girodias, por esos 600 dólares, se ha hecho dueño de toda su “futura” obra literaria.
{mosimage} El 3 de junio de 1968 empieza la caza: primero busca a Girodias, no lo encuentra y al final del día se topa con Wharhol en la Factoría y al que en un momento de descuido lo malhiere descerrajándole tres tiros, otro que va a parar a la cadera del crítico de arte Mario Amaya y un último intento para Fred Hughes, representante de Andy, que no tiene éxito porque se le encasquilla la pistola.
Es acusada de agresión, intento de asesinato, tenencia ílicita de armas y de no estar bien de la cabeza porque la ingresan en el Hospital de Ward Island un año y luego a tres de cárcel. Desde 1971 en que sale en libertad es arrestada varias veces e ingresada en varios centros psiquiátricos.
Murió en 1988, a los 55 años, sola, arruinada y drogadicta aunque tuvo su momento de gloria ¿?: de su vida se hizo una regular película en 1966 : “I shot Andy Warhol” en la que lo único destacable sería la interpretación de Lili Taylor y la música de John Cale.
{mosimage} Su manifiesto tuvo una amplia repercusión en el feminismo más agresivo de la Norteamérica de aquellos años encabezado por Rosanne Dubar, Betsy Warrior, etc, que unían los movimientos de liberación femenino con los movimientos de izquierda. Una curiosa y explosiva mezcla de unas pioneras a las que tenemos que agradecer, aunque todavía queda mucho por hacer, el papel de la mujer de hoy en (algunos) de los países llamados cicivilizados, por llamarlos de algún modo.
Y esta es, a grandes rasgos, la historia de una mujer atormentada. Y me hago una reflexión ¿para que las mujeres podamos conseguir unos mínimos derechos es necesario que existan estas rompedoras mujeres?. No soy feminista radical pero cuando veo los malos tratos, la violencia de génerocualquier tipo de abuso, ya sea físico o psiquico a una niña, a una adolescente, a una mujer en suma, algo se revuelve dentro de mí y me siento impotente y cobarde por no militar en uno de esos grupos radicales.