SANDOR MARAI

DIARIOS 1984-1989

 

 Sándor Márai

 

 

“La muerte no constituye un problema. El hecho de morir, sí.”

 

{mosimage}

 

Salamandra, 2008

 

 

Sándor Márai escribió cinco de los seis tomos de sus diarios en el exilio; el último, redactado entre 1984 y 1989, y que publica ahora la editorial Salamandra,  es el testimonio conmovedor de un hombre decidido a enfrentarse con la muerte. Alternando recuerdos personales, instantáneas reveladoras de la vida cotidiana, con comentarios sobre diversos temas de actualidad y apuntes sobre la lectura y la tarea de escribir, el autor húngaro se convierte en observador implacable de su propio deterioro físico y narra, sin embellecerlo, el último drama de su existencia: la enfermedad y muerte de su amada esposa, Ylona “Lola” Matzner, con quien durante sesenta y dos años lo había compartido todo. Márai reflexiona sobre el luto y la soledad, cada vez más insoportable, al tiempo que se prepara para el momento final: «Estoy esperando el llamamiento a filas; no me doy prisa, pero tampoco quiero aplazar nada por culpa de mis dudas. Ha llegado la hora.» Escasas semanas después de esta anotación, Sándor Márai se quita la vida con un disparo.



El 15 de enero de 1989 escribe: «Estoy esperando el llamamiento a filas; no me doy prisa, pero tampoco quiero aplazar nada por culpa de mis dudas. Ha llegado la hora”.  El 21 de febrero de ese mismo año termina con su vida, en su casa de San Diego. Sus cenizas se esparcieron por el mar según sus deseos.

 


 

{mosimage}Sándor Károly Henrik Grosschmid, Sàndor Màrai, nació en la antigua ciudad de Kassa (Eslovaquia) en el año 1900. Primer hijo de los cinco de un abogado y una profesora, fue un niño confiado y más tarde un muchacho sensible y complejo, aparentemente destinado a licenciarse en Derecho y seguir los pasos de su padre. Pero pronto sintió que le atraía más el periodismo y la literatura.


Hasta los 23 años, cuando se casó con una mujer judía y de acaudalada familia burguesa, «Lola», con la que convivió hasta la muerte de ella, sesenta años después. Márai residió en Budapest y en varias ciudades alemanas: Leipzig, Weimar, Múnich y Berlín. Unos años en París, durante la dictadura de Horthy, lo hicieron popular en Hungría gracias a las crónicas que enviaba desde el extranjero. En los años treinta se estableció en Budapest y comenzó a escribir novela y teatro. Cada nueva obra suya era un éxito de ventas, se traducía a todos los idiomas cultos (incluso al castellano hubo traducciones tempranas que hoy son desconocidas). Márai disfrutaba de una vida acomodada y burguesa, conducía un automóvil y tenía una bonita casa.



Cuando los nazis accedieron al poder en Alemania, el escritor húngaro fue uno de los primeros en oponerse abiertamente a Hitler con contundentes artículos. Enseguida vio lo que se le venía encima a Europa, por un lado, con Hitler y, por otro, con Stalin. Sin embargo, a él la crueldad de la guerra no le tocaría de lleno hasta 1945. Tachado  escritor «decadente y burgués» en 1948 abandonó Hungría y vivió en Suiza, Italia y Estados Unidos


El desmoronamiento político y moral de su patria bajo el yugo comunista y la vida errante que llevó junto a su esposa durante las últimas décadas de su vida, terminaron instalándose  en Nueva York y, finalmente, en San Diego, contribuyeron al aislamiento de Márai. Continuó escribiendo diarios y alguna otra novela, pero la vejez y la pérdida paulatina de sus seres queridos minaron su espíritu hasta agotarlo por completo.


{mosimage}Se ha comparado la obra de Sándor Márai con la de Thomas Mann y Gyula Krúdy. El autor manifestó en una ocasión que veía cómo se desintegraba la clase media húngara, cuyo modo de vida conocía a fondo por haber nacido en el seno de una familia de ese sector social y por haberlo hecho objeto de una observación minuciosa: «tal vez la única obligación de mi vida y de mi trabajo como escritor sea elaborar el proceso de esa desintegración».

 

No fue hasta los años 90, con Márai ya fallecido, que su obra fue redescubierta en su patria y en el resto de Europa, y se le otorgó la máxima condecoración húngara: el premio Kossuth (1990).

 

 «Lo realmente arduo no es saber sobre qué escribir, sino saber cómo escribir», opinaba Márai, y él lo hizo con una prosa precisa y sencilla que se despliega con maestría en cada una de sus obras  y que además ahonda en las emociones del ser humano y el sentido de su existencia, y ensalza e idealiza una burguesía ilustrada cuyo espíritu se extinguió, De todo ello dan fe sus libros de memorias Confesiones de un burgués (1934) y ¡Tierra, tierra! (1972), y novelas como La extraña (1934), La herencia de Eszter (1939), La mujer justa (1949) o El último encuentro (1942). Periodista y ensayista, autor también de obras teatrales, decía que escribir le aseguraba una sensación de vivir la vida en toda su intensidad, algo que la existencia era incapaz de brindarle por sí sola.

{mosimage}Sándor con su mujer. Lola fue  su esposa, amante y también enfermera que cuidó al Márai afectado de la neurosis que le rondaba desde la juventud. En 1939 nació el único hijo de la pareja, Kristóf, que sufría hemofilia y murió con apenas seis semanas de vida. Años después adoptaron a un niño, Já-
nos, que murió en 1987.

 

Una pequeña obrita que me impresionó y que no dudo en aconsejar a todo aquel que me quiera escuchar es “El último encuentro”:  Dos hombres mayores, que de jóvenes habían sido amigos inseparables, se citan a cenar tras cuarenta años sin verse. Uno ha pasado mucho tiempo en Extremo Oriente, el otro, en cambio, ha permanecido en su propiedad. Pero ambos han vivido a la espera de este momento, pues entre ellos se interpone un secreto de una fuerza singular. Todo converge en un duelo sin armas, aunque tal vez mucho más cruel, cuyo punto en común es el recuerdo imborrable de una mujer. La tensión aumenta, línea tras línea, hasta que se hace casi insoportable, pero la prosa continúa, implacable, precisa, fiel reflejo del empeño de los protagonistas por hurgar hasta en lo más recóndito de sus almas, allí donde se encuentran esas verdades cuyo descubrimiento provoca, al mismo tiempo, un insoslayable dolor y un incontenible impulso vital.

 

 

Para saber más:

 

http://www.salamandra.info/ficha_autor.php?codi=122

http://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%A1ndor_M%C3%A1rai

http://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/10465

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

GrupoUnetcom