MUJERES ESPIA
MUJERES DE ARMAS TOMAR
{mosimage}Un espía es un personaje encubierto que tiene como misión fundamental: recabar información. Cuando el hombre se organizó en una congregación de individuos con marcados niveles de liderazgo y composición social, la información se convirtió en una herramienta vital para el Estado… Hace más de 2500 años el teórico militar chino Sun Zi, subrayó la importancia del espionaje. En su libro “El Arte de la Guerra”, daba instrucciones detalladas para organizar un sistema de espionaje con agentes dobles y desertores que se infiltrarían en las filas enemigas.
Hoy se reconoce el contraespionaje como una profesionalización del espionaje, cuya complejidad la convierte en una ciencia especializada de máxima seguridad de la estrategia militar, concebida en el marco de la genialidad, la inteligencia y la supremacía de la planificación y la organización.
Fuera del campo militar, se diferencia el denominado espionaje industrial, cuyas operaciones tienen como fin la consecución de un producto similar a uno dado con menor costo económico y que, en buena parte de los casos, tienen carácter delictivo. La naturaleza de esta modalidad de espionaje da lugar a que se desarrolle fundamentalmente en áreas de elevado avance tecnológico, como la cibernética, la informática o la inteligencia artificial.
En el periódico El País de hace varios meses venía lo noticia de que la agencia del MI6 (cuartel general de los agentes secretos) muestra un especial interés por las mujeres animándolas a solicitar un puesto “al servicio de Su Majestad”. El Servicio de Inteligencia Exterior se estableció en 1909 pero su existencia se reconoció en público en 1992. Poco a poco fueron desvelándose detalles: desde su ubicación, en el suntuoso y escasamente recogido edificio de Vauxhall, al sur del Támesis, a sus campañas de reclutamiento. Pero el secreto sigue siendo ley de vida en el MI6. Tan sólo se conoce la identidad de su director general: el sucesor de Mansfield Cumming (el famoso C de James Bond) es actualmente John Scarlett, uno de los involucrados en el escándalo del dossier sobre armas de destrucción masiva de Sadam Husein.
El MI6 se ha abierto ligeramente al público desde los atentados de 2005. Amplió entonces su programa de reclutamiento poniendo especial énfasis en las comunidades étnicas minoritarias del Reino Unido. Ahora quiere atraer a las mujeres de nacionalidad británica (uno de sus padres también debe serlo), solteras, casadas, con o sin hijos. Esto implica horarios flexibles, a tiempo parcial o completo. La agencia también garantiza a sus empleadas la posibilidad de pedir la baja maternal pagada durante seis meses y poder trasladar al resto de la familia al extranjero.”
{mosimage}Más reciente es el interesante libro de Laura Manzanera en el que hace un repaso de los servicios secretos desde la antigüedad pasando por la Francia de Luis XIV hasta la España de la guerra civil o la URSS de la Guerra Fría, un sinfín de mujeres excepcionales desfilan por estas páginas en las que no faltan acción, alta política, traición, amor o sexo. Personajes como Mata-Hari o Josephine Baker desempeñaron un papel crucial en el desenlace de los conflictos políticos de su época mezclando el idealismo, el patriotismo, el amor o la venganza, el ansia de aventura…
La lista es inmensa: Dalila, la condesa de Carlisle, la condesa de Castiglione, Belle Boyd, la inevitable Mata Hari o Josephine Baker, Gertrude Bell, Chistine Keeler….
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Belle Boyd, Gertrude Bell, y Violette Szabo
Sin embargo noto la falta de una española (aunque de origen cubano) con una gran trascendencia histórica: Caridad del Rio (1882-1954): entró en relación con la GPU (servicio de contraespionaje e inteligencia de la antigua URSS) hacia 1928 y fue galardonada en Moscú con la Orden de Lenin.. Ha pasado a la historia como la madre e inductora del activista Ramon Mercader, el que asesinaría a Troski cumpliendo órdenes de Stalin.
Caridad del Río y Ramón Mercader
Con diecinueve años contrajo matrimonio en Barcelona con Pablo Mercader, y perteneciente a una familia adinerada. De este matrimonio debían nacer cinco hijos, cuatro chicos y una chica: Jorge, Ramón, Pablo, Luis y Montserrat. El segundo hijo, Ramón, o, más bien, Jaime-Ramón, el futuro asesino, nació en Barcelona el 7 de febrero de 1913. En 1925 Caridad abandonó el domicilio conyugal, dirigiéndose a Francia con sus cinco hijos. Residió principalmente en Toulouse y Burdeos, donde sostuvo relaciones con un piloto aviador, militante comunista, que le contagió su fanatismo.
Perteneció a una célula especial controlada por el Servicio secreto, cuyas actividades estaban consagradas al espionaje. Pero, como ciertos agentes al servicio de la GPU, Caridad pertenecía a una organización independiente del Partido comunista. Con su hija, Montserrat, de la que no se separaba jamás, militó durante años en la XV sección del Partido Socialista francés (SFIO).
Tras el comienzo de la guerra civil española, Caridad Mercader militó activamente en el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), ligado a la Internacional Comunista. Fue nombrada secretaria de la Unión de Mujeres Comunistas. Combativa, audaz, enérgica, fue también jefe de una brigada comunista en el frente de Aragón durante los primeros meses de la guerra (julio-agosto de 1936). A finales de agosto resultó herida en un hombro en el curso de un bombardeo aéreo en el frente de Bujaraloz (provincia de Huesca). Por las mismas fechas, su hijo Ramón, nombrado teniente y comisario político en ese frente, era herido en un brazo.
En 1960, ya exiliada en París, viajó a Moscú a recibir a sus hijos, entre ellos al recién liberado Ramón de las cárceles de México: tenía casi setenta años, estaba muy delgada y su fria mirada de antaño parecía serena. El tiempo, ciertamente, se encargó de transformar el aspecto físico. Pero no el carácter. Caridad, cuando vio apenas a los hijos, les dedicó una filípica de órdago sin esperar siquiera a que le dieran el abrazo. A Ramón se le vino el mundo encima por el abdomen abultado debido al exceso de kilos mientras que a Luis la bronca fue por llevar una camisa de colores chillones. Si al primero le recomendó, ordenó, sujetarse inmediatamente a régimen, en cuanto al segundo se preguntó irónicamente si no tenía un hijo que en vez de ingeniero era bailarín en alguna comparsa de carnaval. Los dos aguantaron en silencio la descarga mientras bajaban la cabeza y se veían disimuladamente entre sí. No había duda. Caridad Mercader, a pesar de los años transcurridos, continuaba siendo la representación cabal en carne y hueso del matriarcado español.
Murió en París en 1975 y está enterrada en el cementerio de Pantin
http://www.entretodas.net/estados-unidos-politica-espias-y-mujeres-rebeldes/
http://www.elpais.com/articulo/ultima/buscan/mujeres/espia/elpepuult/20070515elpepiult_1/Tes